Pensé que nunca en mi vida diría esto, pero sí, me gusta A Coruña o por lo menos empieza a gustarme bastante y es que el pasado fin de semana me lo pasé muy bien por allá arriba, de hecho mis dos compañeras de viaje y un servidor pensamos repetir la experiencia, ya que nos quedamos con ganas de más y eso que para volver las pasamos putas.
Todo comenzó un hermoso día soleado en Vigo, en el que teníamos el plan de hacer una escapadita a Coruña City, con motivo de la inauguración de una tienda de la hermana mayor de mi novia. A medida que nos aproximábamos a nuestro destino el día iba poniéndose peor, pero llegamos a tiempo, sanos y salvos y eso que era la primera vez que nuestra conductora hacía un viaje tan largo. La verdad es que necesitamos pocas indicaciones para llegar a nuestro destino, cosa que no pasó a la vuelta, pero esto lo contaremos un poquito más adelante.
Asistimos a la inauguración, nos tomamos unos vinitos, hicimos un poco de vida social conociendo y saludando gente y a eso de las 21 horas, pensamos que era el momento de volvernos para Vigo, para salir por la ciudad olívica. Entonces fue cuando tuvimos que ir a buscar al quinto coño el coche y que por poco no lo encontramos. Una vez encontramos el coche, decidimos tomar algo en una cafetería que estaba al lado y para mi sorpresa estaba echando el partido de España. Cuando ya nos sentimos saciados nos dirigimos al coche y fue en ese preciso momento cuando Fany (nuestra conductora), propuso la idea de quedarnos de marcha en Coruña y luego dormir en el coche, a mi novia le gustó la idea y yo contesté lo que suelo contestar en estas ocasiones: "Yo me adapto a lo que sea".
Así pues tontos de nosotros decidimos ir a dar una vuelta con el coche por Coruña, para hacer tiempo, con tan mala pata que luego no había Dios bendito que encontrase sitio para dejar el coche y que además justo el sitio en el que estaba aparcado anteriormente era cojonudo, porque estaba en la zona de marcha.
Después de no poco tiempo logramos encontrar un sitio algo chungo, pero que valió y ya nos dirigimos a la zona de marcha, que menuda marcha y la de gente que había por allí. Entramos en el típico garito de primera copa de la noche y cual fue nuestra sorpresa cuando nos van a cobrar y nos dicen que el cubata cuesta únicamente 3 € y encima no era garrafón, luego de este sitio fuimos a uno llamado Tándem, que estaba lleno a reventar y recuerdo su nombre por las monedas de 1 € con una pegatina con el nombre del local, que nos daban de vuelta. En este local fue en el que me encontré con Emi.
Luego nos compramos algo de comer a lo que siguió una gran caminata para llegar a un local que se llamaba Playa o algo así, que la verdad es que estaba bastante decente y era grande.
Ya cansados decidimos retirarnos, pillamos un taxi que nos llevó hasta el coche y en este punto fue cuando nuestros planes volvieron a tomar otro giro, ya que Fany dijo que en lugar de dormir, por ella tirábamos para Vigo, tomamos un café y para Vigo fuimos.
Aquí comenzó nuestra pequeña Odisea, con mi novia en los asientos de atrás y yo de copiloto, dimos vueltas y vueltas, para conseguir encontrar por donde pillar la autopista para ir a Vigo. La verdad es que no tuvimos mucha suerte, hasta que entramos en una gasolinera, le preguntamos al hombre que allí trabajaba y entonces es cuando nuestra suerte fue aún peor. El cabrón nos jodió bien jodidos, nos dijo seguir de frente y a unos 20 km encontráis una entrada para la autopista, la cosa es que tiramos por donde nos dijo y ni a 20 km, ni a 40 km y nosotros dirección Madrid, que ya no sabíamos ni que hacer. De puro milagro conseguimos enlazar con la Nacional y fuimos por esta hasta Santiago, lo cual es una tirada de cojones, a partir de Santiago ya pillamos autopista y llegamos a Vigo y a dormir que ya era hora.
Por otra parte, comentaros que me pillé un ciego criminal, que me llamaron varias personas, pero únicamente recuerdo haber hablado con Solrac y para eso no me acuerdo ni de que. Hay días que me levanto con ciertas lagunas, en este caso más bien son todo lagunas y tengo algún que otro recuerdo.
Todo comenzó un hermoso día soleado en Vigo, en el que teníamos el plan de hacer una escapadita a Coruña City, con motivo de la inauguración de una tienda de la hermana mayor de mi novia. A medida que nos aproximábamos a nuestro destino el día iba poniéndose peor, pero llegamos a tiempo, sanos y salvos y eso que era la primera vez que nuestra conductora hacía un viaje tan largo. La verdad es que necesitamos pocas indicaciones para llegar a nuestro destino, cosa que no pasó a la vuelta, pero esto lo contaremos un poquito más adelante.
Asistimos a la inauguración, nos tomamos unos vinitos, hicimos un poco de vida social conociendo y saludando gente y a eso de las 21 horas, pensamos que era el momento de volvernos para Vigo, para salir por la ciudad olívica. Entonces fue cuando tuvimos que ir a buscar al quinto coño el coche y que por poco no lo encontramos. Una vez encontramos el coche, decidimos tomar algo en una cafetería que estaba al lado y para mi sorpresa estaba echando el partido de España. Cuando ya nos sentimos saciados nos dirigimos al coche y fue en ese preciso momento cuando Fany (nuestra conductora), propuso la idea de quedarnos de marcha en Coruña y luego dormir en el coche, a mi novia le gustó la idea y yo contesté lo que suelo contestar en estas ocasiones: "Yo me adapto a lo que sea".
Así pues tontos de nosotros decidimos ir a dar una vuelta con el coche por Coruña, para hacer tiempo, con tan mala pata que luego no había Dios bendito que encontrase sitio para dejar el coche y que además justo el sitio en el que estaba aparcado anteriormente era cojonudo, porque estaba en la zona de marcha.
Después de no poco tiempo logramos encontrar un sitio algo chungo, pero que valió y ya nos dirigimos a la zona de marcha, que menuda marcha y la de gente que había por allí. Entramos en el típico garito de primera copa de la noche y cual fue nuestra sorpresa cuando nos van a cobrar y nos dicen que el cubata cuesta únicamente 3 € y encima no era garrafón, luego de este sitio fuimos a uno llamado Tándem, que estaba lleno a reventar y recuerdo su nombre por las monedas de 1 € con una pegatina con el nombre del local, que nos daban de vuelta. En este local fue en el que me encontré con Emi.
Luego nos compramos algo de comer a lo que siguió una gran caminata para llegar a un local que se llamaba Playa o algo así, que la verdad es que estaba bastante decente y era grande.
Ya cansados decidimos retirarnos, pillamos un taxi que nos llevó hasta el coche y en este punto fue cuando nuestros planes volvieron a tomar otro giro, ya que Fany dijo que en lugar de dormir, por ella tirábamos para Vigo, tomamos un café y para Vigo fuimos.
Aquí comenzó nuestra pequeña Odisea, con mi novia en los asientos de atrás y yo de copiloto, dimos vueltas y vueltas, para conseguir encontrar por donde pillar la autopista para ir a Vigo. La verdad es que no tuvimos mucha suerte, hasta que entramos en una gasolinera, le preguntamos al hombre que allí trabajaba y entonces es cuando nuestra suerte fue aún peor. El cabrón nos jodió bien jodidos, nos dijo seguir de frente y a unos 20 km encontráis una entrada para la autopista, la cosa es que tiramos por donde nos dijo y ni a 20 km, ni a 40 km y nosotros dirección Madrid, que ya no sabíamos ni que hacer. De puro milagro conseguimos enlazar con la Nacional y fuimos por esta hasta Santiago, lo cual es una tirada de cojones, a partir de Santiago ya pillamos autopista y llegamos a Vigo y a dormir que ya era hora.
Por otra parte, comentaros que me pillé un ciego criminal, que me llamaron varias personas, pero únicamente recuerdo haber hablado con Solrac y para eso no me acuerdo ni de que. Hay días que me levanto con ciertas lagunas, en este caso más bien son todo lagunas y tengo algún que otro recuerdo.
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